Caminando entre olas, ya decidiendo por sí mismo el color del cielo, se imaginó a un unicornio llamado viento.
Sus ojos azules algo inquietos observaron lentamente la imaginación de un bosque oculto.
Y se agacharon miles, reverenciando su presencia y se encontraron alegres bajo un mismo universo clamando al unísono: bello es nuestro pensamiento!!!.
La imaginación y lo sublime viene siempre ligado a lo mismo, el unicornio manchó de tinta un trozo de papel, que se convirtió en un sinsentido, donde ideas vanas y sin esperanzas se mezclaban y entonces se atrevió a decir que aquello era un cuento.
Se apagaron las luces del pensamiento, se puso el punto final a este cuento donde no hay realidad alguna ni verdades ocultas.
Martín Angulo
4 may 2008
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