Un punto de vista para criticar….

¿Comó te identificas tu con “Cuando me toque a mi”?, un punto de vista para criticar….

Cuando me toque a mí nos hace de alguna manera a cada uno de los que la vemos y vivimos en Quito, identificarnos más allá del dialecto quiteño, los escenarios encontrados en el desarrollo de la película, nos lleva a encontrar cosas tan comunes en el comportamiento del quiteño, las maneras de pensar generalizadas con respecto a temas actuales, el quejarnos de todo como de costumbre, el sufrimiento encarnado en cada uno de los personajes con cosas que muchas veces vemos con indiferencia en la televisión o en los diarios encadenados a los sentimientos ocultos y acumulados de cada quien y la gran hipocresía de una ciudad enceguecida por el yo como primer plano en la vida.

Cuando me toque a mí gracias a la interpretación del Dr. Arturo Fernández por Manuel Calisto, logra contagiar la sensación de soledad extrema encarnada en la vida del médico que tiene un trabajo poco atractivo y alentador, como el hacer autopsias en el Eugenio Espejo, un hospital público. Y es a través de este intrigante personaje, donde se construyen crudas historias de violencia y pesadumbre de Quito en donde una cosa desencadena en otra conectando de alguna manera o todos los personajes haciendo un drama general de muerte y de sentimientos con un desenlace poco alentados para el mismo Fernández, que nos muestra una ciudad conflictiva en la que los que alguna vez estuvieron vivos tuvieron una “vida”.

Resulta de alguna forma repetitiva la manera en la que se tiene una visión más política que social en los diálogos de la cinta, en donde existe una constante crítica a la hipocresía de una ciudad llena de desazón y un país que para el criterio de de Fernández y muchos de los ecuatorianos por excelencia que creen tener la razón total para todo, que se quejan de todo, creen actuar bien pero forman parte de esa hipocresía general.

Y dejar todo ese orgullo individualista tan propiamente nuestro nos ayudaría a todos a darnos cuenta en que estamos mal, y ese de alguna manera es uno de los objetivos de Arregui y Noriega al plantear así una trama que dice mucho al mismo tiempo que dice que somos visto desde una perspectiva más neutral y crítica.

Por: Jorge Mora