míro sus ojos puros, nínfula del pecado,
del mío.
La miro entre lo rraro,
entre lo absurdo,
entre lo tonto de una estupida tarde de mirador
Sus pasos, un pisar de hojas secas,
su mirada se pierde, se enrolla en un bosque de espinas,
sus manos rozan el cuerpo de una flor,
tiembla, ríe cuando sopla el viendo en su brazo.
Nunca sabré en que piensa
Porqué me mira así?
Porqué se me brinda?
Me sumerge, me tumba, en su alegría
suavemente, cojo, su hirviente mano,
luego,
dice no.
mientras más te quiero, menos te entiendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario